aventureros de la ciencia

Un blog sobre la serie de libros y DVDs para preadolescentes AVENTUREROS DE LA CIENCIA. Cada novela trae una aventura de exploración, adrenalina y ciencia vivida por los mismos 4 jóvenes personajes y basada en mis propias experiencias reales. // A blog to chat with the readers of the series of books and DVDs for young adults. "The Adventurers of Science" (in Spanish and soon Portuguese -hopefully one day in English) is all about adrenaline, exploration, crazy adventures and wonderful science.

sábado, 25 de agosto de 2007

Pasaje de El Dragón del Espacio

Capítulo 16, Corazón de Liung

Wen Li se puso el casco y nadó hasta la esclusa. Estaba a punto de abrir la escotilla cuando sintió un peso en la pierna. Kang se había agarrado a ella y halaba hacia abajo. Su cara estaba horriblemente enrojecida y tenía un ojo cerrado, pero con el otro le lanzó una mirada de odio.

—Wen Li, salga, ¡por lo que más quiera! —gritó Franklin desde el otro lado de la esclusa.

El Dragón del Espacio volvió a estremecerse y sus paneles solares se agitaron como las alas de una libélula herida. Las crecientes moléculas de aire de la atmósfera terrestre lo estaban halando con dedos invisibles. Puesto que estaba asido a la escotilla, Wen Li tenía una buena palanca de apoyo para darle al otro una fuerte patada en la cabeza que lo dejó atontado el tiempo suficiente para entrar a la esclusa, despresurizarla y salir al exterior. Franklin lo recibió con un gancho atado a un cable de su morral, que enganchó a una de las herramientas que colgaban de la cintura de Wen Li.

—¡Apresúrense! —chilló Lucas viendo el reloj en la pared del laboratorio.

La Tierra se los comenzaba a chupar. Ya podían ver su envoltorio azul celeste más grueso y más cerca.

—¡Larguémonos de aquí! —dijo Franklin encendiendo sus propulsores. Inmediatamente el cable entre él y Wen Li se tensó a medida que éste era arrastrado sin tener control alguno.

—¡Lucas! —llamó Franklin nuevamente cuando aún les faltaban unas yardas para alcanzar la esclusa de aire del Atlantis—. ¡Inicia la secuencia de lanzamiento de Vasi! ¡Vas a tener que hacerlo tú porque no tenemos tiempo de transferir el control!

—¡Listo! —contestó Lucas con la voz extrañamente calmada terminando de entrar comandos en su pantalla.

—Ahora que el motor está encendido oriéntalo con el joystick manualmente a las siguientes coordenadas, ¡lentamente! —continuó el astronauta disparando instrucciones mientras él y Wen Li cerraban la esclusa de aire del Atlantis.

Lucas sentía que le sudaban las sienes. ¿Iba él a disparar a Vasi?

Cuando Wen Li cerró la escotilla de la esclusa de aire, Atlantis se sacudió como un potro salvaje.